HISTORIA

La Universidad Técnica de Oruro, fortalecida en 1940 con la Escuela de Artes y Oficios ha formado más de cuatro millares de Profesionales Técnicos Superiores Universitarios, estando donde el país los requiere para su Desarrollo.

Luego de pasado la guerra del Chaco, los pioneros de la Industria crearon sin vacilar a la naciente institución. La Facultad Técnica es indiscutiblemente una de las pocas Instituciones que en su seno alberga a universitarios con compromiso social y los mismos provienen de familias obreras, del área rural, de la clase media  y por este motivo su participación y trabajo es doble a la hora de la verdad, y llevar adelante las grandes transformaciones que se deben realizar en las fuentes de producción y de esta forma cambiar nuestra nación, de un país dependiente a un país libre y productivo.

Ilustre abogado orureño, que dedicó su vida profesional a su tierra. Fue diputado en dos periodos consecutivos de 1910 a 1918.  Llegó a ser prefecto en 1931 y Ministro de la Corte Suprema de Justicia (1932 – 1936) y (1941 – 1948).

En 1937 comenzó su desafío más grande. La autonomía universitaria se había logrado con la sangre de muchos jóvenes y justo en esa época le tocó ser rector de la Universidad Autónoma de San Agustín (Hoy Universidad Técnica de Oruro), implementándola casi de la nada en su gestión.

En 1941 es designado por segunda vez Magistrado de la Corte Suprema y encaró el tiempo más difícil para el poder Judicial en Bolivia defendiendo su autonomía e independencia.

Murió el 15 de febrero de 1948. Sus detractores se han perdido con el tiempo en la mediocridad y el anonimato, mientras sus enseñanzas perduran incluso hasta nuestros días.

EL CRITERIO DE JOSERMO MURILLO VACARREZA

Por: Alfonso Gamarra Durán

El vestuario ideológico de un catedrático universitario se aprecia solamente cuando se estudia su trabajo escrito. Lo que él dijo puede quedar como un rapto emocional o como un apuntalamiento de intencionalidad. Como su valía personal radica en conocimientos y en enunciados, su verdad quedará en las sentencias que han sido escritas, y mucho más, si quedan perennemente para el futuro, acuñadas por la imprenta.

A Josermo Murillo Vacarreza (JMV) llegamos por esa vía intelectual. Mediante sus artículos impresos y sus libros gozamos e interpretamos su opinión sobre la labor de una universidad, el desempeño del universitario ideal y los grandes problemas orureños y nacionales que tanto lo motivaron.

Josermo Murillo Vacarreza (1897- 1987) dedicó su vida a la cultura en sus diversos aspectos desde las instituciones que dirigió. Fue escritor inagotable de ensayos de sociología, antropología, investigación científica y pedagogía universitaria. Como catedrático y rector de la Universidad de San Agustín, posteriormente Universidad Técnica de Oruro, creó innumerables cátedras y puso en marcha una reforma universitaria local.

Las universidades deben ser laboratorios

La universidad no puede tener función de pólipo coraliforme, que esté fijado a su medio y produzca por su metabolismo bellas formaciones de corales. Ni siquiera la función vegetal de extraer estímulos por sus raíces y trasladarlos, después de pasar por el período de flores atrayentes, a unas semillas que serán originarias de nuevas vidas. 

Esto para explicar valiéndonos de metáforas. Pero ya con sentido práctico, las universidades deben ser «recintos donde se hacen obras de laboratorio». No pueden ser lugares donde se dicta letra muerta, sino donde el conocimiento que se adquiere servirá para provocar razonamientos, levantar armazones de proyectos que sirvan para hacer progresar a la gente y al país. Es preciso que el pueblo le dé sus problemas a la universidad y ésta elaborarlas para ese beneficio. «Es tiempo ya de que las universidades sustituyan de una vez a los filisteos de la política con hombres que puedan manejar la cosa pública con su destreza”.

Así empezamos a interpretar el pensamiento vivo de Murillo Vacarreza en relación a asuntos siempre redivivos en las universidades. Este autor selecciona muchos pareceres para destacar lo que él mismo piensa: que la universidad dejó de ser la escuela donde se aprende a «prosperar» y donde se entrena para manejar el material humano en cuyos hombros el egresado debe sobresalir. Y esa no es la tarea elevada que se busca, pues debe la universidad actuar con concepto social, solidarizarse con los habitantes en sus problemas técnicos y de comportamiento con el fin de darles una vida mejor.

Con satisfacción anotó JMV que Domingo Faustino Sarmiento había dicho que mientras los honrados se quedan en casa, los pícaros se van a la casa de gobierno. No esgrime el tono irónico de otros con el fin de molestar, sino para confirmar la teoría de las naciones desarrolladas, que la nación no es una instalación financiera de beneficencia que sirve para que disfruten los que originan las mentiras convencionales de la demagogia. «¿Permitiremos pues que los ignorantes sean los que manejen los problemas políticos?»

Al observador de hoy estremece que JMV hable así de los políticos como si estuviera viendo a nuestro país actual. Es el mal de siempre. Que puede corregirse con el bálsamo de siempre: gente instruida que desenvuelve las soluciones. Sería conveniente – y él recuerda a Carlyle – que nadie se queje de su país y de su época, pues ahí está él para mejorarlos.

El mundo ha progresado tanto en brazos de la técnica, que no se puede concebir que los gobiernos de los países sean manipulados con estulticia e impreparación. Si se trata de obrar científicamente, en la cabeza de cada ministerio deben estar personas de lo más altamente capacitadas por las universidades. Los mitos creados, de que los cabecillas de grupos, y los expertos en discursos deben ascender por la escala de las retribuciones dirigenciales, deben desaparecer. Los verdaderamente capacitados no pueden quedar políticamente indiferentes, deben tender a superar las limitaciones de los otros o conformarse a ser conducidos. Para eso debe borrarse lo que es anacrónico, el poder del conformismo y la debilidad del «así siempre ha sido». Esto requiere de una revolución, en la acepción más propia del término; una modificación substancial de conductas, de intereses y de propósitos. No una modificación súbita e impreparada. Labor para una universidad con perspectivas modernas y científicas.

En sus «Antecedentes para la Reforma Universitaria Integral» detalla las concepciones para proyectar a la universidad a un plano de responsabilidad completa dentro del complejo organizativo de la nación. 

La universidad ya no puede conducirse por una vía acomodaticia, pues con la dinámica de los tiempos modernos, ella tiene que formar parte del pueblo, debe tener una función social, absorber las necesidades y tendencias sociales contemporáneas y llevar el anhelo de confundirse con su sociedad, ser su conciencia vigilante y estimulante.En su trabajo Murillo Vacarreza se afianza en una serie larga de nociones de varios autores como queriendo demostrar que tiene un pensamiento universal y moderno, puesto que la universidad debe sincronizarse con el arrebatado tiempo del mundo, no invalidizándose con el prejuicio de que Bolivia camina atrasada ya que la universidad no puede defraudar a su medio, que la ve como el coordinado dispositivo de los conocimientos humanos. «La universidad ya no puede ser el viejo castillo de elevadas murallas, que se alce en una eminencia inaccesible y en cuyo seno se viva una existencia ajena e ignorada; deja de ser un núcleo cerrado para extenderse, multiplicarse y confundirse con toda la sociedad para impulsarla con sus grandes energías».  Ese dinamismo que es factor impelente de un mecanismo de precisión está dirigido a manejar las mentes en formación de los universitarios. Por eso su hermenéutica debe llevar a difundir ideas claras, bases de las culturas palpitantes y aprovechables, y una sistematización para la investigación de las maravillas naturales y adquiridas.

La Técnica vence al anacronismo

Se acepta como demostración de que una sociedad deja de ser anacrónica cuando permite el ingreso del sentido contundente de la técnica. La insistencia de la civilización logra levantar armazones multidisciplinarios para dominar el entorno físico, amagar con la conquista del espacio extraterrestre, e incluso, penetrar a la insondabilidad de la psiquis. Los instrumentos para dominar los procedimientos conexos, tanto como los instructivos para conducir estos últimos, constituyen el proceso de la técnica. «Por ello es que la sociedad contemporánea exige un mínimo de conocimientos para hacer de los hombres seres prácticos porque nuestra civilización es fundamentalmente técnica…

Mácula es para los pueblos moverse en el interior de un oleaje mental. Tendrán destinos inciertos si su devenir va desorientado. El fantástico progreso del mundo exige hoy que la historia se acompañe de la ciencia. Esto desvanece lo anticuado. Propone un horizonte de realizaciones. Las que podrán desarrollarse únicamente si son movilizadas por la técnica.

Si Bolivia quiere insinuar sus intenciones de progreso debe, en lugar de traer mercenarios foráneos, formar los elementos técnicos que se adecuen a las necesidades cotidianas. «Deben ser educados, conformados y preparados por las entidades altamente responsables en la misión educativa y de acuerdo con los medios de producción».

En esto se basa el postulado de una universidad técnica. Un nuevo estilo de enseñanza superior, en que lo importante no es solamente recoger y exponer los conocimientos, sino es una participación más activa del aula sobre el espíritu del universitario, a la vez que es un posibilitar a éste para investigar, fecundar y lograr óptimos niveles de desarrollo de su sociedad.La universidad oferta al joven tres disposiciones: le informa, lo forma y lo conforma. «La primera función se realiza con el acopio de conocimientos que le instruyen, tecnifican y especializan para su profesión; la segunda función se cumple con la educación que le otorga ideales, le hace su personalidad, le estimula su función creadora, le enriquece su acervo emocional. La tercera función es el ajustamiento del individuo con la sociedad, la función activa que debe ejercer dentro de ésta, desempeñándose como elemento productor de riqueza social y, a la postre, como elemento que contribuye al enriquecimiento de la cultura».

Los anteriores conceptos no tendrían ningún valor, serían las teorías de un divagar, si es que la enseñanza superior no aborda el problema de la vocación, que demostraría por propósito esencial, el «habilitar al hombre moderno para vivir capacitado en su tiempo, en su medio y en sus aptitudes.

Conocer la vocación del estudiante ya en el bachillerato evitaría gasto de dinero y de esfuerzos, y, por el contrario, permitiría la eficiencia en su estudio, las posibilidades de especialización y perfeccionamiento, y sobre todo la adquisición completa de los procedimientos técnicos de la carrera elegida. «La enseñanza vocacional… representa una educación democrática en cuanto reconoce las diferentes inclinaciones individuales, ofreciendo a todos oportunidad de capacitación y preparación para una vida social activa y para una producción mejor en beneficio común.» 

Terreno de la psicología es dictaminar la orientación de un joven para su profesionalización, pues se trata de configurar cómo es su espíritu en cuanto a consistencia o adaptabilidad de su organismo, a la emocionalidad como llave para abrir su dedicación casi de por vida a una disciplina y, quizás lo más importante, la falencia de represiones psíquicas, antagónicas o rechazo a temas o procedimientos propios de su estudio. En esta etapa de la vida se requiere más que nunca la introspección del interesado, para evaluar las posibilidades y las limitaciones de su inteligencia, para entender el respaldo económico y de tiempo, o sea una aprobación completa consigo mismo. La carencia de factores materiales hace que el estudio sea más gravoso, y compele a carreras cortas, a aprendizaje de experiencias manuales deficientes, o a truncar el mejor anhelo de constituirse en profesional.


Es exacerbante la posición decimonónica de muchos padres que sienten como necesidad de superación clasista el tener un doctor o un licenciado entre sus hijos. Mortificando la naturaleza de éstos o trabando sus intereses personales. La enseñanza se incapacita porque actúa en terreno estéril; su producto final es un engaño a la sociedad; quienes lo imparten son unos imprudentes, y es un delito de hurto porque se roba a un joven las energías que podían ser fervorosas de haber seguido su profesión innata.Josermo Murillo remarca que las universidades deben contar con un primer capítulo en sus planes, en que se inste a un estudio preciso para conocer la orientación de los individuos, lo que serviría como un darwinismo de exámenes para que se promueva un acomodamiento a sistemas especiales e intensivos de estudio.

«La enseñanza se fisonomiza con lo arcaico cuando se parte de ese género de exploraciones previas; el exceso de estudiantes sin aptitudes perjudica, anula y algunas veces frustra a los estudiantes aptos». El descalabro mayor para el país llega más tarde, cuando los catedráticos por comodidad o por temor, dejan que el embrión evolucione, aunque conocen el síndrome de depauperación vocacional que lo mal forma, que lo que estaba en ciernes se ha dejado avanzar hasta su egreso de la universidad, éste «…se convierte en un obscuro negociante de su título, que lo comercializa y vilipendia, dañando el prestigio de la casa donde surgió y lastimando profundamente la expectativa de la comunidad».

Con lo que hemos escogido para explanar, se ve que en la obra de JMV se desborda el empeño por jerarquizar a la Universidad que un tiempo lo tuvo como rector. Su permanente posición es la de difundir conocimientos mundiales que extiendan el espectro documental de los aspectos científicos que necesariamente se plantean en una casa superior de estudios.

Sin prevenciones políticas o religiosas, se muestra amplio para escudriñar los conceptos modernos. Sumamente crédulo en el instinto de superación, que tiene el hombre, apoya con modestia a las disciplinas que se acompañan del vaticinio de un progreso enorme en un mundo que evoluciona a la carrera. Utiliza, desde su punto de vista, la palabra «técnica» cuando quiere referirse a la profundización ilimitada y científica, pronosticando también que la universidad nacional debe concurrir al proceso de industrialización que se implanta en las naciones del orbe preparando el material humano para investigarlo y sustentarlo.

EL INSIGNE ORUREÑO JOSERMO MURILLO VACARREZA

ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS Y AGRICULTURA

Mi antecesor en la Prefectura, Dr. Francisco Fajardo, mirando y remirando el futuro y pasado de este pueblo, ha sido el iniciador de los trabajos de la Escuela de Artes y Oficios y Agricultura y dejo concluido una parte del citado establecimiento, conclusión que fue aprovechado para que esas salas espaciosas se instale el Hospital de Sangre No 15, actualmente en servicio para los evacuados de la guerra.

Una de mis primeras labores en mi administración ha sido continuar la obra tan felizmente iniciada por el Dr. Fajardo y previa convocatoria a propuestas por la Junta de Almonedas, se acepto la formulada por Isaías Vela, por un precio de Bs. 46.000.- que con el descuento de la liberación de derechos será igual a la suma pagada por la construcción de la parte edificada por el Dr. Fajardo.

La nueva ubicación ha sido a la fecha, casi totalmente concluida y a medida que se avanzaba el trabajo ha estado entregándose para la aplicación del hospital. Una vez concluido ha de albergar a más de 250 heridos.

Concluida la utilización que del local esta haciéndose provisionalmente el Hospital Militar, en ese establecimiento tienen que albergarse los hijos de los movilizados y de aquellos que hayan sacrificados su vida en defensa de la patria. La instrucción y educación que se les dé, formara el nuevo elemento obrero del mañana y que por su preparación ha de constituir un elemento eficiente al progreso de las artes.

HISTORIA CRONÓLOGICA DE LA FACULTAD TÉCNICA (1940- 2014)

La Facultad Técnica fue fundada el 18 de Marzo de 1940 con el nombre de Escuela Industrial y a los pocos meses cambia de nombre como Escuela de Artes y Oficios, por el Dr. Francisco Fajardo, entonces Rector de la Universidad Técnica de Oruro, para el consiguiente funcionamiento normal se aprueba un plan de organización mediante una Resolución del Honorable Consejo Universitario Pág., No. 89 presentada por el Dr. Josermo Murillo Vacarreza pidiendo la formulación de programas, la designación de catedráticos; para su infraestructura se adquiere, 30.000 m2, de terreno con fondos departamentales.

Los objetivos que se proponía esta nueva unidad académica de acuerdo con las funciones para las que había sido creada eran:

  • Impartir la preparación general necesaria que constituirá la base en que se funde la preparación técnica y profesional.
  • Descubrir y orientar las aptitudes y vocación de los estudiantes.
  • Fomentar el estudio de los problemas económicos, industriales y sociales preferentemente bolivianos.
  • Fomentar las artes mecánicas
  • Fomentar técnicos destinados a la pequeña  y grande industria.
  • Desenvolverse en conexión con las industrias proporcionando a los operarios que en ellas trabajan la oportunidad de perfeccionar sus conocimientos generales y técnicos.
  • Igualmente proporcionar a los alumnos la posibilidad de hacer dentro de las organizaciones industriales, privadas, prácticas en la especialidad a que dediquen.
  • Tender a la liberación económica del país contando para este fin con los elementos necesarios que son capaces de dirigir y organizar las actividades productivas.

El texto de la resolución del Honorable Consejo Universitario donde se instruye la creación del Instituto Politécnico menciona en su integridad lo siguiente:

A los diez y ocho días del mes de marzo de mil novecientos cuarenta años.- Vistos y considerando: En Consejo Universitario el Plan de Organización del Instituto Politécnico, presentado por el Señor Rector: Dr. J. Murillo V. y el Strio. General, señor W. Urgel C.; Se resuelve: Aprobar dicho Plan de Organización, debiendo hacerse posteriormente la formulación de programas y demás detalles para su funcionamiento y cuando se haga la designación de catedráticos: Tómese razón.- Hagas saber y archívese.- (Fdo.) J. Murillo V., Rector de la Universidad.- (Fdo.) W. Urgel C., Strio. General.- De lo que certifico, H. Quiroga P.

PERÍODOS DE LOS AÑOS 1940, 1941 Y 1942

Rector de la Universidad, Dr. Josermo Murillo Vacarreza, Directores del Instituto Politecnico: Leonidas Calvimontes Carreño e Ing. Jose Nuñez Rosales.

En este primer periodo de funcionamiento, cumpliendo con los postulados de su creación, el Instituto Politécnico ofrece Carreras de Construcciones, Cerámica, Agronomía, Mecánica, Electricidad y Carpintería. Cada una de estas Carreras exige para su culminación un lapso de cuatro años de estudio.

Paulatinamente se van incrementando la implementación de los talleres para que la enseñanza adquiera el nivel adecuado, al mismo tiempo los estudiantes van recibiendo la instrucción y el entrenamiento que les permite un eficiente rendimiento profesional.

Sin embargo, después de una normal administración académica bajo la dirección de Leonidas Calvimontes se produce un cambio y el Ing. Rosales asume la Dirección del Instituto Politécnico en el transcurso del año 1942. Este mismo año, demando una pronta y completa atención de las necesidades crecientes de la institución, los estudiantes decretan una huelga cuya prolongación determina la clausura temporal de labores.

PERÍODO DE LOS AÑOS 1944, 1945, 1946 Y 1947

Rector de la Universidad: Dr. Alberto Elías M.,    Ing. Jorge Von Borries

Director del Instituto Politécnico: Ing. Juan Ferreira Saavedra,   Ing. Max Soria Ponce

El año 1944, durante la gestión rectoral del Dr. Alberto Elías, se reabre nuevamente bajo la dirección del Ing. Juan Pereyra Saavedra.

En el transcurso de este periodo, la unidad académica funciona con el nombre de “ESCUELA INDUSTRIAL DE ARTES Y OFICIOS” y por el momento, hasta que no se haya llegado a constituir el grado Técnico, ofrece en el grado de Oficios las siguientes especialidades: Mueblería, Juguetería, Mecánica de Automóviles, Tipografía y Radio y Electricidad.  Los estudios prácticos y teóricos en este último grado durante tres o cuatro años, de acuerdo con las exigencias de cada especialidad.

El desarrollo de los estudios prácticos en los talleres se halla dividido en trabajos de aprendizaje, de aplicación y de producción. Los primeros se desarrollan en series sistemáticas de dificultad progresiva mediante ejercicios en cada taller. Los segundos consisten en ejecución de piezas que forman entre sí un plan de trabajo completo. Los trabajos de producción perfeccionan el adiestramiento del alumno y le acercan a la industria. Por otra parte, la enseñanza teórica esta dividida en cuatro grupos que corresponden a cultura general: Castellano, Historia de Bolivia, Geografía de Bolivia, Educación cívica, Higiene, Educación Física, asignaturas de interés profesional: Legislación social, Administración, Presupuestos, etc., materias fundamentales: Matemáticas, Física, Química, Dibujo Técnico, etc., ramas técnicas: Electrotecnia, Química Industrial, Dibujo Superior y Tecnologías.

Para la admisión a la Escuela Industrial de Artes y Oficios se exige, aparte de certificados personales, el vencimiento del sexto año de Instrucción Primaria y la aprobación de un examen de ingreso. Quedan exentos de este examen los aspirantes que hayan vencido el primer curso de Secundaria.

A los egresados, después que hayan cumplido una práctica satisfactoria de seis meses en la industria, se les otorga un certificado de competencia en la especialidad correspondiente.

Este periodo termina el año 1948 cuando se cierra nuevamente la Escuela Industrial de Artes y Oficios durante la dirección académica del Ing. Max Soria Ponce. Posteriormente, en el transcurso de los años 1950, 1951 y 1952, las dependencias del Instituto Politécnico son ocupadas por el Colegio Aniceto Arce, cuya sección Industrial funciona eficientemente en los talleres que son dispuestos para la enseñanza en el Ciclo Secundario.

PERÍODO DE LOS AÑOS 1954, 1955, 1956 Y 1957

Rector de la Universidad: Dr. Alberto Mendizábal Camacho

Director del Instituto Politécnico: Lic. Lino Rocha Céspedes.

La Universidad Técnica de Oruro reabre las puertas del Instituto Politécnico a la enseñanza técnica por resolución del Honorable Consejo Universitario en fecha 15 de abril de 1953.

El nuevo plan de estudios contempla dos grados de enseñanza:

GRADO DE EXPERTOS

A este grado pueden ingresar postulantes que han aprobado el sexto año de primaria.

Ofrece las especialidades de Mecánica, Electricidad, Mueblería y Fundición, cuyos pensum abarcan cuatro años de estudios.

Al egresado se le otorga un certificado de Experto en la profesión elegida.

GRADO DE TECNICOS

En este grado se permite el ingreso de postulantes que hayan aprobado el tercer grado de Expertos o que posean titulo de Bachilleres en Humanidades.

El tiempo de estudios es de cuatro años en las especialidades de Electromecánica y Química.

A la culminación de los estudios la Universidad otorga el Titulo de Técnico en la especialidad correspondiente.

PERÍODO DE LOS AÑOS 1958, 1959, 1960 Y 1961

Rector de la Universidad: Lic. Hernán  Quiroga Pereyra.

Director del Instituto Politécnico: Prof. Humberto Cartagena S.

Durante este periodo las finalidades del Instituto Politécnico son:

  1. Formar profesionales idóneos y responsables que coadyuven al resurgimiento racional de nuestra industria.
  2. Atender la educación integral del estudiante para reintegrarlo a la sociedad como elemento culto y profesionalmente capaz.
  3. Mantener estrecha relación con la industria nacional, a la que contribuirá con los profesionales formados en la institución y con las investigaciones susceptibles de efectuarse en sus laboratorios, gabinetes, talleres, etc.

Por otro lado solicitara el concurso de ella, en cuanto se refiere a la aceptación de estudiantes en practicas vacacionales, levantamiento de censos y estadísticas ocupacionales, etc., que permitirán acondicionar en lo posible la formación de nuestros profesionales, a las necesidades de aquella.

  • Sostener cursos regulares de extensión profesional la capacitación técnica de obreros.
  • Crear y sostener institutos de investigación técnica e industrial.

El Instituto Politécnico cuenta en su organización con dos grados:

A)   GRADO DE EXPERTOS

Destinado a formar mano de obra calificada para los requerimientos de la Industria.

Pueden ingresar postulantes que hayan aprobado el sexto año de primaria.

La duración de los estudios es de cuatro años para cualquier especialidad: Mecánica, Electricidad, Mueblería y Fundición.

Se egresa con un certificado de experto (operario calificado) en la profesión elegida.

B)   GRADO DE TÉCNICOS

Destinado a la formación de técnicos (Directores de Laboratorio, Talleres y faenas industriales), en las especialidades

De electromecánica y Química, cuyos pensum abarcan cuatro años Estudio.

En este grado pueden ser admitidos postulantes que hayan aprobado el tercer curso del grado expertos con un promedio anual

Mínimo de 3,6 o postulantes que posean título de Bachiller.

A la conclusión de los estudios regulares, la Universidad otorga el Título de Técnico en la especialidad correspondiente.

VER MÁS DE LA HISTORIA DE LA FACULTAD TÉCNICA…:
https://docs.google.com/document/d/1homNc4segz_oKp5kVq-9tWjAGk1hncjd/edit

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